“Severino puso en el mapa literario a Zacatecas”: María de Jesús Salazar
- En el marco de la Vigésima Feria Nacional del Libro de Zacatecas, realizan conversatorio sobre el escritor zacatecano Severino Salazar, a quien dedican la que es también la primera feria virtual en México.
- El 7de agosto próximo se conmemoran 15 años del fallecimiento del escritor originario de Tepetongo.
- Destacan la añoranza y amor del escritor por Zacatecas.
Por Marcelino Marcial Carrillo
Zacatecas, Zac.- Tras haber salido de Zacatecas rumbo a la Ciudad de México en los años 60´s junto con su familia, el escritor Severino Salazar Muro vivió toda su vida con la añoranza de pertenecer a esta tierra.
Así lo relata María de Jesús Salazar Muro, albacea de la obra del escritor quien participó en el conversatorio titulado “Vida Cotidiana, Severino Salazar”, en el marco de la Vigésima Feria Nacional del Libro de Zacatecas (FENALIZ) 2020, dedicada a su memoria a 15 años de su fallecimiento.
Esta añoranza -comenta la también hermana del escritor – se ve reflejada en una de sus obras más conocidas: “Donde deben estar las catedrales”, que mereció en 1984 el Premio Juan Rulfo. En ella hace un retrato poético pero muy real de la ciudad de Zacatecas, sus personajes y por su puesto, su lugar de origen: Tepetongo.
“Severino era un nombre muy risueño, era un hombre muy observador, era un hombre al que le gustaba escuchar, le gustaba mucho la conversación y yo creo que todo eso lo aprendió viviendo en sus primeros años en Tepetongo, Zacatecas”, comenta Salazar Muro.
Y termina señalando que para ella, Severino es un autor sumamente importante para el estado: “creo que ha puesto en el mapa literario del país a Zacatecas”, comenta con orgullo la hermana del escritor homenajeado.
Para la antropóloga Verónica Abigail Hernández, participante tambien de este conversatorio, es trascendente destacar que descubrió en él la necesidad de reconstruir formas de vida y de reinterpretar identidades, necesidad que existe en quienes emigran de un lugar a otro a una edad mayor a los 10 años, como la de Severino.
“Vivir en la ciudad lleva a muchos cuestionamientos sobre la identidad previa y a mí me parece fundamental en la obra de Severino, porque hay una necesidad siempre de regresar, pero no de manera romántica al origen, sino de regresar interpretando y haciendo una conexión de la vida presente con la vida de Tepetongo”, explica la especialista.
Descrito por la antropóloga como un hombre apegado a la ritualidad y tradiciones, comenta que el escritor se consituye no solo en un narrador, sino en un etnógrafo literario de la vida cotidiana de Tepetongo, lo que lo llevó a descubrir y entender la universalidad del drama y la tragedia humanas.
Por otro lado, le resulta interesante referir que el entorno familiar -que ella aún comparte- le dio al escritor la capacidad de reconfigurar y reconstruir historias al tener puntos de vista diferentes, y coincide con Maria de Jesús al descibrirlo como un personaje que sabía escuhar, era gentil y amable.
“Severino era de esos personajes que podían ponerse en cualquier nivel de conversación”, una cualidad que para ella también es importante resaltar, porque eso le permitió entender diferentes esferas de la vida y del mundo, cualidad que se ve reflejada en la narrativa de sus obras.
En esta plática virtual estuvo presente además el investigador Antonio Marquet, quien conoció al personaje zacatecano en el año de 1987. Para él, Severino creó una personalidad que convirtió en arte la vida cotidiana, al plasmarla en sus obras literarias.
“Por eso, leer sus obras es una labor de interpretación que exigen y retan la inteligencia del lector, entonces si estoy de acuerdo en todo lo que amaba el terruño de Zacatecas, amaba el terruño, Tepetongo”, dice Marquet.
En este contexto, queda claro que el escritor quizo compartir en sus cuentos y novelas la riqueza de Zacatecas: “esa riqueza humana a la que no estamos acostumbrados y que es una gran amputación que tenemos los capitalinos”, finaliza.
El escritor zacatecano Severino Salazar Muro nació un 12 de junio de 1947 en Tepetongo, y murió el 7 de agosto del 2005 en la Ciudad de México. A decir de su hermana María de Jesús, la obra del escritor se ha podido recuperar y organizar con la ayuda de Heriberta Manzano; y a propuesta del investigador Antonio Marquet, es urgente digitalizarla.