Opinión de Noemí Berenice Luna Ayala, diputada federal
La X Cumbre de Líderes de América del Norte representa para México la oportunidad de plantear una política exterior de colaboración con Estados Unidos y Canadá, con el fin de resolver conflictos regionales y establecer compromisos que permitan fortalecer la relación trilateral.
Durante esta semana, los líderes de Estados Unidos, Joe Biden; México, Andrés Manuel López Obrador; y Canadá, Justin Trudeau, intercambian puntos de vista sobre temas que son verdaderamente delicados para nuestra nación, como la seguridad, migración, economía, política regional y cambio climático.
Alcanzar acuerdos trilaterales no será tarea fácil para la República Mexicana, especialmente por la desconfianza que el Presidente ha generado en sus homólogos a lo largo de cuatro años de gobierno. Ejemplos sobran, pero me referiré específicamente al incumplimiento de disposiciones comerciales y ecológicas del Tratado de Libre Comercio (T-MEC) entre México, Estados Unidos y Canadá.
Es decir, mientras el gobierno federal clama una integración del continente americano, basada en la confianza y la colaboración, al mismo tiempo destruye el medio ambiente con la generación de electricidad con combustóleo; niega permisos para la producción de energías renovables a empresas internacionales que invirtieron millones de dólares; y pretendió monopolizar la industria eléctrica nacional. Así, ni cómo ayudarle.
Sin embargo, el Partido Acción Nacional (PAN) espera que ante Estados Unidos y Canadá el Presidente Andrés Manuel López Obrador esté a la altura de la responsabilidad que le fue encomendada por las y los mexicanos.
Como Jefe de Estado tiene la obligación de dejar a un lado sus intereses individuales y componentes ideológicos, para anteponer el bienestar de la nación y de la población, azotada por la inseguridad, que ha dejado más de 120 mil homicidios.
Urge encontrar una solución compartida en el tema migratorio, derivado de las deportaciones masivas y migración indocumentada; para el control de las fronteras, a fin de combatir el tráfico de enervantes, personas y armas; y para atender la crisis económica, agravada por la pandemia de Covid, cierre de empresas, contracción de empleos formales e incertidumbre para la inversión.
El error del Ejecutivo Mexicano es olvidar que es Presidente y estar permanentemente en campaña, difundir discursos ideológicos, fomentar la división social, promover una idea errónea de nacionalismo, aplicar teorías políticas setenteras y generar incertidumbre en las relaciones internacionales.
Este es el momento de cambiar. Tenemos en nuestra casa a los líderes de naciones poderosas; y, por ello, López Obrador debe marcar agenda, ser claro, contundente, propositivo y cumplir su palabra, porque en la región enfrentamos problemáticas que no se pueden resolver unilateralmente. La colaboración siempre será un factor benéfico y hacia allá debemos encaminar a México.