Mujeres autónomas
Por: M.F. María del Carmen Salinas Flores. | Tesorera del Senado.
La construcción de mujeres autónomas es uno de los grandes retos para lograr la igualdad de género y cerrar brechas que provocan la mayor parte de la desigualdad entre hombres y mujeres, en este sentido, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha señalado y desarrollado la importancia de las tres autonomías: la física, la política y la económica.
Estas esferas de la autonomía, de gran trascendencia para el desarrollo de las mujeres, son interdependientes entre sí; es decir, son engranajes que al constituirse íntegramente logran su fin último, y la falta de uno de ellos no permite la independencia de las mujeres.
En primer lugar, la autonomía física se refiere a la capacidad de las mujeres de decidir sobre su cuerpo, así como vivir una vida libre de violencia. Esta esfera tiene como objetivo erradicar la violencia en contra de las mujeres, y es el lugar donde deben situarse temas tan importantes como el feminicidio. Situación de gran trascendencia si tomamos en cuenta que, según datos de InMujeres, diariamente 11 mujeres son víctimas de este terrible delito.
A su vez, la autonomía física también constituye los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres, que se traduce en la acción de que sean las mujeres, y no otros agentes sociales o políticos, quienes tomen las decisiones sobre su cuerpo y salud reproductiva.
En relación a la integralidad de las autonomías, es aquí donde es de suma importancia generar acciones de gobierno de prevención y actuación en contra de la violencia de género, así como la defensa, protección y garantía de los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres pues solo de esta manera podrá comenzar a construirse la autonomía física de las mujeres y en consecuencia, una autonomía plena.
Por otro lado, la autonomía política de las mujeres representa el avance de una de las grandes luchas para la igualdad de género, pues es aquí en donde se busca que la participación en la vida pública del país se dé manera equitativa entre hombres y mujeres.
Es importante destacar, que éste elemento impulsa que las mujeres sean quienes decidan la participación que tendrán dentro de la vida pública de su país; es decir, sean ellas las que elijan si participan o no en contiendas políticas, definiendo por sí mismas los puestos y escaños, sin que medien estigmas o estereotipos del desempeño de las mujeres en las ramas que deseen intervenir.
La violencia política de género es una de las grandes limitantes para el desarrollo de esta autonomía ya que, si bien el Instituto Nacional Electoral ha emitido el “Protocolo para la atención de la violencia política contra las mujeres en razón de género”, aún falta mucho por caminar en este terreno para la igualdad de participación y sobre todo que se realice en un ámbito libre de violencia.
Por último, la autonomía económica de las mujeres es el tercer pilar para lograr la construcción de mujeres autónomas en nuestro país, esta se explica como la capacidad de las mujeres de generar ingresos y recursos propios a partir del acceso al trabajo remunerado en igualdad de condiciones que los hombres.
Este tipo de autonomía pone sobre la mesa las desigualdades en el tema económico, pero va mucho más allá de la desigualdad salarial, pues también abarca el trabajo formal para las mujeres evidenciando el trabajo de cuidados y domésticos sobrecargados hacia las mujeres.
Asimismo, la autonomía económica de las mujeres hace visible la importancia de que sean las mujeres quienes decidan sobre el uso de los recursos que generan, esto por supuesto debe ir acompañado de empoderamiento económico y educación financiera, para que cuenten con todas las herramientas para la toma de decisiones racionales en esta materia.
Estos pilares deben construirse de manera conjunta, por lo que las acciones de Gobierno deben de estar encaminadas a generar políticas públicas que abarquen estas tres autonomías, pues de lo contrario no sería posible la construcción de mujeres autónomas de manera integral.
Finalmente, me gustaría cerrar estas líneas con un amplio reconocimiento a todas las mujeres que día a día construyen su autonomía e inspiran a otras a que se sumen, demostrando que las mujeres somos pieza clave para la economía y la vida pública de nuestro país. ¡Juntas somos más!
[1] Definición disponible en https://oig.cepal.org/es/autonomias/autonomia-economica