Redacción | México
Devolverle al ferrocarril su papel de motor de desarrollo social y económico, también representa un progreso hacia un país más justo y conectado, aseguró la senadora Geovanna Bañuelos al presentar voto particular y previo a la probación en lo particular y lo general el dictamen con proyecto de decreto por el que se reforma el párrafo cuarto y se adiciona un párrafo quinto, al artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de vías de transporte ferroviario.
“El ferrocarril será un actor clave en el sistema de transporte de México, contribuyendo al desarrollo de México, la conectividad territorial y la sostenibilidad. Es momento de hacer de nuestro sistema ferroviario un motor de desarrollo sostenible capaz de mejorar la calidad de vida de millones de mexicanas y mexicanos”, mencionó.
Al fundamentar en tribuna, la vicecoordinadora del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo (GPPT) señaló que contar con un sistema de comunicación que conecte todas las regiones del país, y particularmente todos los puntos neurológicos para las diversas actividades económicas, comerciales y aquellas que son indispensables para la movilidad social, tendrán garantizado su desarrollo y su progreso.
Y aseveró que el de desarrollo de infraestructura ferroviaria será lo que va a distinguir el gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. “El presidente Andrés Manuel López Obrador puso en marcha 2 mil 240 kilómetros de nuevas vías, y con la presidenta Claudia Sheinbaum se proyecta operar más de 3 mil kilómetros adicionales”.
Geovanna Bañuelos recordó que en sus inicios el ferrocarril fue un catalizador de cambios profundos en la sociedad mexicana hasta la primera mitad del siglo XX; sin embargo, en 1995, bajo el gobierno de Ernesto Zedillo, se privatizó el sistema ferroviario y este hecho condenó a México a un estancamiento en este sector.
“La privatización desmanteló el servicio de pasajeros y concentró la infraestructura ferroviaria en manos de un reducido grupo de empresas. Como resultado de ellos, es que hasta ahora el control de las vías se concentra principalmente en manos de Ferromex y Ferrosur, ambas pertenecientes a Grupo México y Kansas City de México, entre las cuales dominan el 93.6% de la red”, detalló.
Desde entonces, Geovanna Bañuelos sostuvo que el crecimiento de las vías ha sido prácticamente inexistente y muchas comunidades han quedado en el rezago.
En este sentido, dijo, con la reforma constitucional en materia de transporte ferroviario, se logrará la participación de empresas públicas y privadas bajo un esquema regulado que permitirá mejorar la calidad del servicio, reducir la huella de carbono, disminuir accidentes en carreteras y brindar nuevas oportunidades a comunidades aisladas, con un enfoque en las necesidades de la población.
“Lo vemos ya con el Tren Maya y el Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, obras que permiten la conectividad y bienestar de zonas remotas y marginadas, y que son testigo de los beneficios económicos y de movilidad que puede generar un sistema ferroviario bien desarrollado”, concluyó Geovanna Bañuelos.
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